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A ciencia cierta no podemos saber exactamente qué es lo que nos espera en México después de que la cuarentena termine. El mundo está cambiando constantemente y los seres humanos vamos evolucionando poco a poco con el paso de los siglos, pero también el ambiente en el que nos desenvolvemos y desarrollamos se va modificando, ya sea de manera natural, por desastres, o como en este caso debido a una catástrofe biológica manifestada como una infección, propagándose a lo largo del mundo creando una pandemia. No importa el modo en el que nuestro ambiente cambia, lo importante es que nosotros debemos de adaptarnos ante esos cambios, y como dice Charles Darwin “las especies que sobreviven son las que se adaptan mejor al cambio”.
Es natural que estemos ansiosos por volver a la normalidad y esperemos señales positivas que nos indiquen que pronto podemos retomar nuestras vidas, pero hay una afirmación que sobresale en los comentarios de analistas y en las conversaciones cotidianas: “Después de esta pandemia el mundo ya no será igual.” ¿Es una exageración o realmente cambiarán tanto las cosas? ¿El mundo ya no será igual?
Después de todo lo vivido parecería que todo lo que trajo esta pandemia fueron eventos negativos, pero no, uno de los puntos positivos que trajo como consecuencia fue hacia la naturaleza. La naturaleza (hablando de flora y fauna) ha sido altamente beneficiada, reflejándose en que los animales se han incorporado a las ciudades, las plantas y árboles han crecido, y las aguas de los mares, ríos y lagunas se han aclarado (como por ejemplo en Venecia). Esperemos, que esto traiga consigo una conciencia humana renovada y mejorada, una obligación del gobierno a rendir mejores cuentas, y una vida más sustentable, cambiando el modo en el que vivimos, y aprendiendo de nuestros errores. Considerando que uno de los factores positivos que nos ha traído esta cuarentena es el crecimiento psicológico emocional en cada uno de nosotros, no dudaremos en valorar aún más la compañía de nuestros allegados y lo que tenemos alrededor; en valorar más la vida día con día, siendo más positivos, y ocupando los valores humanos entre nosotros.
Sabemos que la sociedad caerá en una recesión económica inmensa, según expertos, “la peor recesión económica desde la Gran Depresión”, pero lo importante no es lo que pueda suceder, sino de cómo se abordará y manejaran las situaciones por venir. Tenemos que tomar en cuenta que somos una comunidad y nos debemos de apoyar unos a otros y solo así superaremos lo que está por venir. Sin duda nadie se esperaba todo esto, y no va a ser la última vez que pase, lo destacable es aprender de lo sucedido para evitar pasarlo de nuevo. Como humanos somos capaces de grandes cosas si nos lo proponemos y más que nada actuando juntos. Cuando el COVID-19 termine, el mundo será diferente, lo importante aquí es que debemos de hacer a ese “mundo diferente”, mejor de lo que era antes.
La crisis de nuestra generación
Esta puede se la mayor crisis de nuestra generación, las decisiones que tomen los ciudadanos y los gobiernos en las próximas semanas moldearán el mundo durante los próximos años, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros seguiremos vivos, pero viviremos en un mundo diferente.
Un punto fundamental de esta crisis, es la aceleración en procesos históricos; es decir, decisiones que hubieran tomado años de deliberación en el mundo anterior, serán definidas en cuestión de horas, por ejemplo que en 2019 algún diputado hubiera mandado una iniciativa para que los empleados de cualquier empresa pudieran hacer home office, posiblemente se hubieran organizado foros de discusión como aquellos que se han hecho para analizar la legalización de las drogas, grandes debates con análisis de pros y contras, mesas de discusión y comisiones especiales sin llegar a una decisión final. En nuestra nueva realidad la implantación del trabajo desde casa se dio no en 5 o 10 años sino en 2 o 3 días, porque no había ninguna otra opción.
Hoy algunas empresas se están dando cuenta de que el trabajo en línea es posible, con el consecuente ahorro en gastos indirectos al dejar de rentar tantos metros cuadrados de oficinas y en un momento en el que cada peso ahorrado cuenta.
Otro ejemplo de esta aceleración de procesos es el comercio electrónico, de acuerdo a la revista Forbes la venta de computadoras subió 112% en Brasil en las primeras dos semanas de marzo y de acuerdo a la Cámara de Comercio de Santiago las ventas online en Chile aumentaron 119% en la última semana de marzo. En México se espera un incremento del 60% al cierre de 2020 en este rubro debido a los cambios de habito de los consumidores. Quién no estaba acostumbrado a comprar en línea o permanecía renuente ahora no tiene opción.
El mundo sí será diferente, en hábitos y cuestiones de consumo, habrá sectores de la economía muy afectados y otros con un crecimiento acelerado, quien entienda esto y aproveche las nuevas condiciones saldrá beneficiado, las crisis son y serán siempre fuente de oportunidad para quién sepa leer el mercado y ofrecer valor a sus clientes.
La magnitud de los efectos del Covid-19 dependen en gran parte de sus estructuras productivas y comerciales; así como, el nivel de desigualdad de los ingresos y de los factores externos. De acuerdo con la FAO la pandemia ha impactado severamente en los sistemas alimentarios, así como en la agricultura.
Consecuencias de la pandemia en el sector alimenticio
Efecto sobre la demanda de alimentos: como consecuencia de variaciones en el poder adquisitivo de las familias, esto ha implicado una disminución en el gasto orientado a compras de alimentos.
Efectos sobre la oferta de los alimentos: se originan a causa de la restricción en la movilización de los productos, paralización en las cosechas producto del establecimiento de medidas aislamientos social, impactando a lo largo de todos los eslabones de la cadena de producción y suministro, tanto a nivel doméstico como internacional.
Efectos en el comercio internacional de los alimentos: estará sujeto a la posición relativa de los países con respecto a la balanza del comercio agroalimentario, y a la reducción de la actividad económica a nivel global, lo cual conllevará una menor comercialización de productos.
Por otro lado, los países de América Latina se caracterizan por ser exportadores netos de productos agrícolas, pero el escenario del comercio internacional ha cambiado las reglas del juego tras la pandemia provocada por el Covid-19, con muchas mas exigencias, mayores barreras sanitarias y ambientales, lo cual implica mayores desafíos para el comercio internacional de alimentos; además, de existir una fuerte tendencia internacional de favorecer la producción y el consumo locales.
Ante este contexto, es importante que los estados establezcan medidas inmediatas para garantizar la continuidad de las cadenas de suministro de alimentos, al mismo tiempo de instaurar estrategias post- COVID-19, con el objetivo de retomar la senda de crecimiento sostenible e inclusivo.
Sin duda, nuestro entorno sufrirá muchos cambios, afectando a todas las clases sociales, a los propietarios de negocios, a los docentes, doctores, y demás empleados que contribuyen a nuestro día a día como lo conocemos. Diversos sectores serán afectados, entre ellos se encuentran: el sector turístico, el cual constituía una alta tasa del Producto Interno Bruto a nivel mundial y que ahora está perdiendo millones mensuales; en el sector del transporte marítimo se ven afectados los viajes en crucero en donde miles de empleados trabajan y han suspendido sus operaciones; el sector automovilístico se encuentra en un estancamiento financiero teniendo que indicar a sus trabajadores que se retiren a sus hogares, con la interrupción del suministro y cierre de fábricas; el sector de aviación es probablemente uno de los más afectados, debido a su alta demanda antes de la pandemia y ahora con las restricciones impuestas. El sector ha disminuido su producción drásticamente por la baja demanda que hoy en día se presenta; los sectores de la agricultura y la seguridad alimentaria también se han visto gravemente afectadas. El problema de este sector es que tarde o temprano los países que dependen del comercio de alimentos se acabarán sus reservas alimenticias, sin dejarles más opción que volver a abrir las fronteras ante el comercio alimentario. En tiempos de crisis, así como de cambios, debemos adaptarnos a nuevas formas de vida, de cultura, de ideas, y sobre todo de tecnología. Debemos ir evolucionando pero sin olvidar al prójimo. Apoyemos a los más necesitados, comprando productos del campo utilizado la aplicación de Smattcom.
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