El cambio climático representa uno de los desafíos más significativos para la agricultura global, afectando directamente la producción, los precios y la disponibilidad de alimentos. Las alteraciones en patrones climáticos, como temperaturas extremas, variaciones en las precipitaciones y fenómenos meteorológicos severos, impactan negativamente en los cultivos y, por ende, en la cadena de suministro agroalimentaria.

Para conocer cómo influye el clima en los cultivos, es importante saber los factores que pueden afectar el buen crecimiento de las plantas. Cada especie en la naturaleza tiene ciertas necesidades o requerimientos para prosperar. Sobre todo la cantidad adecuada de luz, agua, y humedad, son algunos de los factores de los que la planta depende para sobrevivir. Por otro lado, la temperatura es también una variable extremadamente relevante, lo que ha hecho que algunas plantas puedan existir en ciertas zonas del planeta y no en otras.

Los cultivos tienen como objetivo la alimentación de la población, a través de la comercialización. Por ello, se busca el aumento del rendimiento de los cultivos, encontrando el punto exacto de agua, humedad, luz, y temperatura que requiere cada una. En este sentido, el clima y la temperatura tienen un papel crucial para optimizar los cultivos. Aprendiendo más de estas variables es como se puede obtener plantas de la mejor calidad.

¿Cómo influye el clima en los cultivos?

Por un lado, los meteorólogos estudian si lloverá o habrá sol en cierto día. Los climatólogos utilizan estadísticas para conocer las tendencias de temperatura, humedad, y otros factores en ciertas zonas.

Es por esta razón que estar informado sobre el clima se vuelve de gran importancia para los productores, distribuidores y todos los involucrados en la cadena de suministro. El clima influye en el crecimiento de los cultivos y conocer el de la zona donde se encuentran hace que se puedan buscar la forma de tener mejor rendimiento, mayor cantidad de productos y de la mejor calidad para su comercialización. 

Lo que ofrece el estudio de las tendencias de ciertas zonas es información. La tecnología hoy en día hace que haya mayor conocimiento, ya sea del terreno con fotos satelitales, así como historial de lluvias o humedad. Toda esta información es la que alimenta nuevas tecnologías, que no sólo predicen y anticipan situaciones climatológicas, sino que también pueden decir la cantidad de agua, humedad, o luz que requiere cierta especie de planta.

Efectos de la temperatura

Cada cultivo es afectado por la temperatura de diferente forma en cada una de sus etapas. Aunque todas son diferentes, por lo general requieren menor temperatura en la siembra que durante el crecimiento. En algunos casos, el manejo adecuado del cultivo puede disminuir los efectos de las temperaturas extremas.

Al ser distintas las necesidades de cada cultivo, no se puede hablar de alguna temperatura o clima en particular, sin embargo, las temperaturas extremas son las que tienen efectos negativos sobre los cultivos. Incluso si algún cultivo puede crecer muy bien en altas temperaturas, ciertos lugares en México pueden alcanzar más de cuarenta grados centígrados, haciendo difícil el crecimiento y la cosecha. Las temperaturas altas en los cultivos hacen que se requieran más recursos, principalmente, las plantas requieren mucha más agua y nutrientes para crecer, y si se encuentran en un lugar donde la radiación solar es muy grande, el rendimiento del cultivo será muy escaso.

Sin tener suficiente agua en temperaturas mayores a los cuarenta grados, las hojas y flores pueden quemarse. La mayoría toman un tono más claro del que comúnmente tienen, sobre todo amarillento, o simplemente mueren. La siembra se puede hacer en suelo húmedo para no requerir sembrar tan profundo y germine más rápido, pero finalmente se termina utilizando mucha más agua de la necesaria.

El problema con las temperaturas bajas extremas es también el agua, pero de otra forma. Si la temperatura exterior se encuentra por debajo de los cero grados centígrados, se puede dar una helada. Durante la helada, el agua dentro de las plantas se congela, teniendo una pérdida del cultivo, muchas veces total. En estos casos, es mejor tener un invernadero o cubrir con mallas especiales para evitarlo. Sobre todo si se encuentra el cultivo en un lugar con mucho viento, se puede beneficiar de los avances en agricultura protegida.

El riego en temperaturas extremas

Al ser el agua un factor tan importante, es crucial conocer las mejores formas de riego según el clima (si quieres saber más del tema, visita nuestro blog sobre sistemas de riego) Los cultivos que se encuentren en temperaturas altas extremas pueden beneficiarse del sistema de riego por aspersión o microaspersión. Este sistema lanza agua a presión imitando la caída de lluvia. Es de los más conocidos, ya que es de los más utilizados. Este tipo de riego puede mantener húmeda a la planta durante más tiempo en calor.

Efectos en Precios y Disponibilidad de Productos

Las perturbaciones climáticas no solo afectan a los agricultores; repercuten en todo el sector agrícola, resultando en aumentos de precios y menor oferta de alimentos a nivel nacional e internacional. Además, fenómenos como sequías prolongadas, inundaciones, heladas, vientos fuertes, etc. pueden afectar la capacidad de los agricultores para mantener la producción, lo que a su vez impacta en los precios de distintos productos y la disponibilidad de abastecimiento en el mercado.

Productos Más Afectados por Climas Secos y Húmedos

La susceptibilidad de los cultivos a las condiciones climáticas varía según la especie y la región:​

• Climas Secos: Cultivos como el maíz y el arroz son especialmente vulnerables a la sequía. La falta de agua suele causar enormes pérdidas en hectáreas agrícolas, siendo el maíz seco y el arroz los más perjudicados. Además, frutas y hortalizas, como jitomates, pepinos, melones, pueden ser más pequeñas y menos jugosas en condiciones de sequía, afectando su calidad comercial.
• Climas Húmedos: El exceso de humedad puede favorecer el desarrollo de enfermedades fúngicas en cultivos como trigo, cebolla, ajos, jitomates, aguacates, cebada y hortalizas de hoja, afectando su rendimiento y calidad. Además, las lluvias intensas pueden provocar la escorrentía y la erosión del suelo, perjudicando la salud del suelo y la calidad de los cultivos. ​

Para poder hacerle frente a los riesgos asociados al cambio climático, es crucial que los productores y todos los participantes en la cadena de suministro agroalimentaria adopten prácticas como el análisis de información como lo son climas en zonas productoras. Estos datos permiten anticipar eventos climáticos adversos y tomar medidas preventivas para proteger los cultivos y anticiparse al incremento de precios y desabasto de productos.

Conclusión

El cambio climático impone desafíos significativos a la agricultura, afectando la producción, los precios y la disponibilidad de alimentos. La adopción de prácticas agrícolas sostenibles, el uso de tecnologías avanzadas y el análisis continuo de información climática son esenciales para que los productores se anticipen y enfrenten eficazmente estas situaciones, garantizando la seguridad alimentaria y la estabilidad económica en el sector agroalimentario.

En este contexto, Smattcom se convierte en un aliado clave para el sector agrícola, proporcionando herramientas que permiten a los productores, distribuidores y comercializadores consultar precios en tiempo real, analizar tendencias de mercado y conocer las condiciones climáticas en las zonas productoras.

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