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10 de septiembre del 2020

Sader: Insectos comestibles contribuyen a la seguridad alimentaria del país

Los insectos comestibles contribuyen a la seguridad alimentaria porque se reproducen rápidamente y poseen tasas elevadas de crecimiento, además son muy nutritivos.

 

El consumo de insectos por los seres humanos se conoce como entomofagia, es una práctica ancestral alrededor del mundo, pero principalmente en regiones de Asia, África y América Latina. Si bien la FAO ha recomendado su consumo y una opción para la seguridad alimentaria, también se requiere un manejo sustentable, señalan especialistas.

 

En México es una deliciosa tradición, desde la época prehispánica se aprovechan un sinfín de especies, gracias a la enorme biodiversidad con la que contamos, sin embargo, es importante resaltar que la ingesta de insectos se asocia directamente con ciertos aspectos: son especies de poblaciones muy elevada, cuya localización y recolección son simples y su presencia, aunque intermitente, es constante.

De acuerdo a la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), los insectos como chapulines, hormigas (chicatanas y escamoleras), ahuautle, gusanos, jumiles, orugas, mariposas, frailecillo, entre otros, forman parte de las más de 500 especies de insectos que se comen en nuestro país y que lo hacen el país que más los ha incorporado a su dieta. Esto es resultado de una interacción muy particular con nuestra biodiversidad, la cual tiene un antecedente cultural y una descripción científica, así como una aplicación gastronómica y una representación artística.

 

Sader reconoce que los insectos comestibles contribuyen a la seguridad alimentaria porque están en todas partes, se reproducen rápidamente y poseen tasas elevadas de crecimiento, además de un reducido impacto ambiental durante su ciclo de vida. Son nutritivos, ya que contienen niveles elevados de proteínas, grasas y minerales, pueden criarse aprovechando diversos flujos de residuos. Además, pueden consumirse enteros o molidos, en forma de polvo o pasta, e incorporarse a otros alimentos.

 

Añadió que un aspecto importante en el tema de la entomofagia es la conservación del valor cultural y el reconocimiento del lugar de origen de un producto, este permitirá la subsistencia y posterior aprovechamiento, es decir, es muy importantes que se establezcan las bases de reproducción de una especie que tenga gran demanda en el mercado gastronómico, y que con el paso del tiempo pueda impulsar el desarrollo local de las regiones donde se produzca.

 

De acuerdo a la Sader, Oaxaca es uno de los estados donde se consume el mayor número de insectos como la avispa comestible, gusano del madroño, hormigas y varias especies de chapulines. Otros estados que también tienen arraigada esta tradición son Guerrero, Morelos, Hidalgo y Chiapas, pero también Campeche, Tabasco, Puebla, Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Michoacán,  pues reportan variados consumos.

 

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