Vivimos tiempos incomparables, con desafíos sin precedentes ante el aumento exponencial del COVID-19.

Vemos consecuencias por todos lados; sanitarias, económicas, sociales, culturales hasta emocionales.

Nuestra manera de actuar y de pensar está cambiando radicalmente, con el fin de sobrevivir ante esta pandemia. Debemos ser más creativos, y lograr la continuidad de metas y objetivos que nos hemos planteado, o en su caso reconstruirlos en función de las necesidades actuales.

Existe una gran cantidad de información que recibimos día a día; escuchamos o leemos diversos pronósticos, opiniones, estadísticas inclusive soluciones, sin mencionar las falsas noticias, que son difíciles de reconocer ante tanta información; por lo que los quiero invitar a hacer una pausa para respirar hondo y para reflexionar sobre las bellezas y realidades de nuestro México lindo y querido; muchas que olvidamos o simplemente pasan desapercibidas.

Es importante reconocer que la mayoría de los mexicanos y mexicanas están haciendo algo dentro de sus posibilidades para enfrentar el más grande desafío que se ha vivido en el último siglo. Somos un país envidiablemente unido cuando se trata de catástrofes. ¿Recuerdan como actuamos después del temblor del 2017? ¿Por qué no ser solidarios siempre? ¿Por qué esperar a que lo peor suceda para ayudar al prójimo?

Que no sea la lucha contra el COVID-19 lo que nos una. Más bien empecemos a ver la situación desde otra perspectiva; darnos cuenta que siempre hemos estado unidos. Tomemos esta oportunidad para expresarlo más a menudo y de forma más evidente.

Seamos agradecidos, y hagamos conciencia de que millones de mexican@s salen todos los días a trabajar, exponiéndose ante este virus, para poder llevar alimento a sus casas. Reconozcamos a las personas que trabajan en el campo así como a los choferes para cumplir con las entregas de alimentos, que cada uno de nosotros necesita para vivir, sin dejar de mencionar a los que trabajan en instituciones de salud, tanto en el área médica como en la administrativa así como el personal de intendencia. No olvidemos a las personas que trabajan en los supermercados, a los que laboran en farmacias, a los pequeños comercios que abastecen víveres, a los que están en las panaderías; a los distribuidores de productos a domicilio (porque muchos tienen miedo de salir de casa), al personal de las gasolineras, así como a los del ejército, la marina, la Guardia Nacional, los policías federales, estatales y municipales, sin omitir a los bomberos.

Por otro lado, mientras atravesamos tiempos de crisis, muchos trabajan desde sus casas para que los sectores económicos no se paralicen.

Tratemos de ser más positivos, valoremos y agradezcamos la nueva oportunidad de vida que tenemos, porque a pesar de la adversidad:¡MÉXICO SIGUE DE PIE!

La pandemia nos ha cambiado la vida a todos los seres humanos, nada volverá a ser igual y nosotros tampoco volveremos a ser los mismos. El porvenir dependerá de las acciones que hoy tomemos.  Seamos solidarios y entregados ante esta crisis. 

México está repleto de manos amigas y de almas nobles que están dispuestas a beneficiar a otros sin esperar nada a cambio; regalan comida, instalan comedores y albergues, donan equipos médicos, prestan sus servicios de manera gratuita, hacen donativos económicos, difunden información preventiva, cuidan y acompañan a enfermos así como a personas de la tercera edad,  crean plataformas y aplicaciones tecnológicas;  enfocadas a mantener activa la economía y el abastecimiento de alimento.  

Hoy más que nunca se requiere abrir nuevos canales de distribución; en Smattcom es lo que queremos y trabajamos todos los días para lograrlo.

Somos una comunidad de más de 15,000  productores, distribuidores y compradores de productos frescos y procesados del campo en donde promovemos soluciones inmediatas.

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