2022 será un año que el sector agroalimentario de México recordará por los diversos acontecimientos que podríamos considerar como “atípicos”, los cuales van desde la tardía recuperación de las cadenas de producción post pandemia, la sequía más severa de los recientes años, una Guerra en Europa que afectó a todo el mundo por la escasez de granos de trigo y de fertilizantes; así como sucesos que podríamos calificar de “normales”, como las plagas, la falta de inversión para comercialización e innovación, entre otros. En su conjunto, todo esto ha derivado en una constante inflación en los precios de los insumos de producción y, por ende, en los costos de los alimentos en general. El bolsillo de las familias se ha visto afectado, pero también, el crecimiento económico de los países, por lo que se ha convertido en un asunto político que llevará a cada gobierno a buscar las políticas y mecanismos que considere necesarios para controlar la inflación interna y seguir con sus niveles de producción y comercialización.
 

Justo acaban de concluir los trabajos del Acuerdo Agropecuario Trinacional, que integran México, Estados Unidos y Canadá. Esta reunión, realizada del 17 al 19 de octubre y coordinada por la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA), tuvo la finalidad de impulsar al sector primario de los tres países con políticas que garanticen la producción sostenible de alimentos y fortalecimiento al comercio, lo cual será de beneficio para las y los trabajadores del campo al entrar a mercados mejor pagados.

Pero mejor noticia, fue que la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) anunciaron el pasado domingo 23 de octubre, del año en curso, que no iniciarán una Investigación bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de Estados Unidos en contra de las importaciones de frutas y hortalizas de origen mexicano en beneficio de la alimentación y la salud de los consumidores estadounidenses.

Es pertinente hacer un espacio para explicar más este tema. Las Secciones 301 a 310 de la Ley de Comercio de 1974 de Estados Unidos, se conocen comúnmente como “Sección 301”. De acuerdo con el Congreso estadounidense, es uno de los principales medios legales por los cuales Estados Unidos aplica los derechos estadounidenses bajo acuerdos comerciales y aborda las barreras extranjeras “desleales” ( a su consideración o interés) a las exportaciones estadounidenses. Los procedimientos de la Sección 301 se aplican a actos, políticas y prácticas extranjeros que la USTR determina que violan o son incompatibles con un acuerdo comercial; o es injustificable y agobia o restringe el comercio de Estados Unidos. Una vez que la USTR comienza una investigación de la Sección 301, debe buscar una solución negociada con el país extranjero en cuestión, ya sea a través de una compensación o una eliminación de la barrera o práctica particular.

Habiendo contextualizado mejor este tema, con esta decisión, se brinda certidumbre para el abastecimiento de frutas y hortalizas al mercado del vecino país del norte, especialmente durante la temporada otoño-invierno. Ya que en el supuesto caso de haberse ejecutado la investigaciones establecidas por la sección 301, la USTR podría tomar represalias o no (lo que generalmente toma la forma de aranceles aumentados sobre importaciones seleccionadas) a un nivel equivalente a las pérdidas económicas estimadas incurridas por firmas estadounidenses desde la barrera o práctica extranjera. Lo que hubiera opacado la noticia de este lunes y es que en lo que va del 2022 las ventas agroalimentarias de México con sus socios comerciales rompieron récord al crecer 15.46% anual a 34 mil 123 millones de dólares, mientras que las importaciones totalizaron 28 mil 837 millones de dólares, y si bien crecieron, se ubicaron por debajo del nivel de las exportaciones, con lo que la balanza se mantiene superavitaria.

Tal parece que las negociaciones y la política nos han sacado del paso, pero México y Estados Unidos revisarán el funcionamiento del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC o USMCA) en la próxima Cumbre de Líderes de América del Norte, la cual tendrá lugar en nuestro país, tentativamente durante diciembre de 2022. Precisamente en ese mes se celebrará el 200 aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos y en el encuentro se tratará, entre otros temas, la controversia comercial en materia energética que continúan los tres países en el marco del T-MEC o USMCA. Por lo que una nueva amenaza de aranceles y sanciones ocupará al gobierno, pero preocupará, especialmente, a campesinos, exportadores y a la tan golpeada economía familiar.

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