SMATTCOM
Hay consenso general sobre la evolución de la agricultura en respuesta a las tendencias demográficas y económicas en el futuro. La población mundial llegará a unos 8, 000 millones de personas alrededor del año 2030 y dos de cada tres personas vivirá en las ciudades. El incremento de los ingresos creará una demanda asimétricamente más alta de alimentos, lo que quiere decir que en los próximos tres decenios la producción de alimentos necesitará aumentar en 60%, según la subdirectora del Departamento de Agricultura (FAO).
Además, expreso que casi todo el aumento de la producción tendrá que originarse en los países en desarrollo, gracias a la intensificación de la agricultura, es decir, mayor rendimiento por unidad de tiempo y superficie. Con estas situaciones preparar un cultivo para el futuro significa incrementar la eficiencia de la utilización de todos los recursos naturales, en particular el agua, y la necesidad de una utilización de fertilizantes mayor en eficacia, aunque no en volumen.
En la actualidad, la nutrición de cultivos presenta desafíos importantes: aumentar la productividad, mejorar rendimientos y calidad de cosecha, mayor eficiencia en sus usos. Es decir, la cantidad de nutrientes absorbidos por la planta con relación a la cantidad de elementos que se aplican, control en las pérdidas de nitrógeno, así como mitigar el impacto ambiental.
Para ello, se tiene que sensibilizar a la sociedad sobre el importante rol que cumplen los fertilizantes en la seguridad alimentaria del mundo, ya que sigue prevaleciendo una gran falta de conocimiento y confusión sobre los nutrientes de los suelos y, en particular, sobre los fertilizantes minerales.
Diferencia entre fertilizantes minerales y agroquímicos
Es importante comprender muy bien que fertilizantes minerales y agroquímicos son dos conceptos diferentes y no se deben confundir.
El objetivo de los agroquímicos es controlar los problemas fitosanitarios que limitan el óptimo desarrollo del cultivo este tipo de productos son moléculas sintéticas o biológicas diseñadas para controlar plagas, hongos, enfermedades y malezas.
Mientras que los fertilizantes minerales tienen como fin brindar los nutrientes que las plantas necesitan para alimentarse y crecer, aumentar su productividad, y los más importante restituyen al suelo estos nutrientes para que se conserve y nos sigan cosechas en el futuro. Esto se logra aplicando elementos básicos que provienen de la naturaleza, con la dosis, fuente, momento y lugar correcto.
De acuerdo a datos del Vicepresidente Senior de Yara, Marcelo Altieri, los fertilizantes son responsables del 50% de la producción mundial de alimentos y son esenciales para alcanzar el objetivo de Hambre Cero en la Agenda 2030; cultivos sanos nutren personas sanas.
Y es que según The Fertilizer Institute, la deficiencia de nutrientes es uno de los problemas que afecta al menos un 50% de los cultivos en América Latina. Lo que pocos dimensionan es el impacto que esto tiene en la salud humana. De acuerdo a la FAO, en la región 294 millones de personas sufren de 1 o 2 formas de malnutrición, pero lo más preocupante es que los más afectados son niños y adolescentes. Por eso, el alimento de los cultivos hoy importa más que nunca.
Además, sin datos precisos sobre las necesidades nutricionales del cultivo, los agricultores pueden aplicar una cantidad incorrecta de fertilizantes y perder su inversión. Esto tiene una repercusión en la productividad del suelo, los rendimientos y la calidad de la cosecha.
Bajo este contexto, y conociendo la problemática que enfrentan los productores, te invitamos a que logres incrementar la eficiencia y eficacia de los fertilizantes y minerales agrícolas, así como, los beneficios de su valor nutricional y vida de anaquel, participando en el curso “Fertilizantes y Minerales en la Agricultura Actual” el cual encontrarás en la plataforma digital Agromooc.
Capacítate y sé parte de nuestros empresarios dentro del sector Agro.