Los precios internacionales de la canasta básica de los productos alimenticios registraron en junio de 2020 un aumento del 2.4% respecto al mes de mayo.

Pese a las contracciones económicas provocadas por la pandemia de COVID-19, el índice internacional de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la cual hace un análisis de los precios internacionales de la canasta básica de los productos alimenticios registró en junio de 2020 un aumento del 2.4 % respecto al mes de mayo, lo cual representa el primer aumento intermensual desde el principio del año.

El análisis de los precios internacionales consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grandes grupos de productos básicos ponderado: carne, lácteos, cereales, aceite vegetales y azúcar; con arreglo de las cuotas medias de exportación de cada uno de los grupos.

De acuerdo a la FAO, el índice de precios de la carne que se reflejó en junio fue una ligera disminución del 0.6 % respecto al mes de mayo; porcentaje por debajo del nivel alcanzado en junio de 2019. Las cotizaciones internacionales de las carnes de aves de corral y bovino descendieron, debido al aumento de las disponibilidades exportables en las principales regiones productoras, a pesar de los grandes pedidos de importación de China y Oriente Medio, mientras que los precios de la carne de cerdo experimentaron un ligero repunte, fundamentalmente a causa de una tímida recuperación en Europa en previsión de la relajación de las restricciones comerciales relacionadas con el COVID-19. Por otro lado, los precios de la carne de ovino también siguieron aumentando, dado que la demanda de reconstitución de la cabaña ganadera condujo a una reducción de la oferta en Oceanía.

El índice de precios de productos lácteos de la FAO, registró un aumento en promedio del 4.0% con respecto al mes de mayo. En junio se reflejó el primer aumento del valor del índice después de cuatro meses consecutivos de descensos. Los aumentos en los precios se deben a la demanda de importación de suministros al contado, especialmente en Oriente Medio y Asia oriental, sumada a la disminución estacional de los suministros en Europa y a la limitada disponibilidad de suministros no comprometidos en Oceanía.

El índice de precios de cereales de la FAO registró un promedio del 0.6 % por debajo del valor del mes de mayo y 1.9 % menos que en el mismo mes del año pasado. La presión a la baja sobre los precios del trigo se intensificó en junio, en parte debido a las nuevas cosechas en el hemisferio norte, pero también debido a la mejora de las perspectivas de producción en varios de los principales países exportadores, en particular en la región del Mar Negro. Los precios internacionales del arroz registraron también su primer descenso, a consecuencia de la escasa actividad comercial y las fluctuaciones cambiarias en determinados países exportadores. Mientras que, las cotizaciones del maíz subieron en junio, respaldadas por una cierta recuperación de la demanda y unas condiciones de crecimiento adversas en los Estados Unidos de América.

El índice de precios de aceites y vegetales de la FAO situó un aumento en promedio del 11.3%, tras cuatro meses consecutivos de descensos. El alza del índice es reflejada principalmente por las cotizaciones del aceite de palma, mientras que también se apreciaron las cotizaciones de los aceites de soja, girasol y colza.

Por último, el índice de precios del azúcar de la FAO se comportó a contracorriente aumentando un 10.6% respecto al mes de mayo, gracias a un repunte de los precios internacionales del petróleo crudo, ya que alentó a las plantas azucareras del Brasil a utilizar más suministros de caña de azúcar para producir etanol en lugar de azúcar, lo cual afectó a las disponibilidades de azúcar para la exportación.

Es muy probable que la demanda de productos cárnicos, lácteos, azúcar, cereales y aceites y vegetales se mantenga en ascenso, debido a la recuperación de la demanda y unas condiciones de crecimiento de países afectados por la crisis sanitaria. Tenemos que considerar que México es un país que produce estos cinco productos para sustentar su propia demanda, pero hay quienes importan en su totalidad estos alimentos; y es ahí donde debemos aprovechar las nuevas oportunidades para el comercio exterior.

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