La crisis sanitaria en todo el mundo, está ocasionando incertidumbre sin precedentes en las cadenas mundiales de suministro de alimentos.

Tras la crisis del COVID-19 en todo el mundo, se perciben posibles dificultades en mercados laborales, las industrias de insumos, la producción agrícola, la fabricación de alimentos, el transporte y la logística, así como cambios en la demanda de alimentos y servicios relacionados, según informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El informe “Perspectivas agrícolas OCDE-FAO 2020-2029” con sede en París proporciona una completa referencia a medio plazo para las proyecciones de los mercados de productos agrícolas y pesqueros en los planos nacional, regional y mundial, así como un primer panorama hipotético de los efectos del COVID-19.

El informe de la OCDE-FAO muestra que durante la próxima década el crecimiento de la oferta superará al de la demanda, lo que hará que los precios reales de la mayoría de los productos básicos se mantengan en sus niveles actuales, o por debajo de ellos. Las fluctuaciones de los factores que impulsan la oferta y la demanda podrían dar lugar a fuertes variaciones de precios. El informe señala que el aumento de la población mundial sigue siendo el principal factor de crecimiento de la demanda, aunque los perfiles de consumo y las tendencias previstas varían en función del nivel de desarrollo de cada país. En particular, se espera que los consumidores de los países de ingresos medios utilicen su ingreso adicional para cambiar su dieta, sustituyendo a los alimentos básicos por productos de mayor valor.

Durante los próximos diez años, en las perspectivas agrícolas se presupone una mayor intensificación de la producción pecuaria y pesquera, combinada con unos continuos incrementos de la eficiencia de los piensos, lo que dará lugar a una relación estable entre la producción de alimentos para animales y piensos energéticos. Además, se espera que la producción ganadera mundial crezca un 14% gracias a los bajos precios de los piensos y a la estabilidad de los precios de los productos, que garantizan márgenes de beneficio remunerativos para los productores.

Así mismo, se prevé que alrededor del 85% del crecimiento de la producción mundial de cultivos se atribuya a las mejoras en el rendimiento resultantes de un uso más intensivo de los insumos, las inversiones en tecnología de producción y las mejores prácticas de cultivo. Una mayor intensificación del uso de la tierra mediante cosechas múltiples al año representará otro 10%, mientras que se prevé que la ampliación de la superficie de cultivo solo representará el 5%, lo que mejorará la sostenibilidad de la agricultura.

El informe menciona que el comercio mundial de productos agrícolas primarios aumentará solo ligeramente en relación con la producción, ya que, si no se introducen cambios en las políticas de fomento del comercio, los envíos internacionales estarán determinados en gran medida por el volumen total del mercado. El comercio revestirá cada vez más importancia para la seguridad alimentaria en los países con recursos limitados, en los que las importaciones representan una gran parte de su consumo total de calorías y proteínas.

Además de la pandemia del COVID-19, los mercados agrícolas mundiales se enfrentan a una serie de incertidumbres como son la propagación de enfermedades y plagas como la peste porcina africana o las invasiones de langostas, la creciente resistencia a las sustancias antimicrobianas, las respuestas reglamentarias a las nuevas técnicas de fitomejoramiento y las respuestas a los fenómenos climáticos.

Por otro lado, la innovación digital tendrá importantes repercusiones en las cadenas de suministro agroalimentarias, los futuros acuerdos comerciales y la evolución de las relaciones comerciales entre varios agentes importantes también repercutirán en los mercados agrícolas.

Dicho de lo anterior, el informe destaca perspectivas y opciones normativas adicionales para contribuir al establecimiento de sistemas agroalimentarios mundiales más productivos, sostenibles y resilientes. Más aun, ofrece a los gobiernos el reto de elaborar políticas públicas equilibradas que atiendan las necesidades inmediatas, más inversión y una mayor inclusión para generar condiciones duraderas en el sector agrícola y alimentario.

El futuro está en nuestras manos, debemos buscar alternativas para potenciar las cadenas de suministro desde este momento, de manera más rápida, eficiente y segura, como se hace en Smattcom. Compra y vende productos agroalimentarios a través de internet de manera gratuita y con usuarios de múltiples territorios, incluyendo otros países.

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