Efectivamente, la logística era usada desde tiempos remotos, y aunque no era llamada así, los griegos y los romanos la empleaban en el momento de transportar bienes y víveres, sobre todo cuando estaban en un conflicto bélico.

En la actualidad, no es un término que se limite al transporte de armamentos en la guerra, en realidad se aplica generalmente a todo lo relacionado con transporte de mercancías en general. La Real Academia de la Lengua, define a la logística como: “conjunto de medios y métodos necesarios para llevar a cabo la organización de una empresa o un servicio, especialmente de distribución.”

Otro concepto es el de cadena de suministro y se refiere a todo el flujo de trabajo que tiene que ver con todas las fases que intervienen desde la producción de un producto hasta cómo se distribuye para llegar al consumidor final, en este sentido la logística juega un papel preponderante ya que no sólo se refiere al transporte, sino al almacenamiento y el cómo distribuir los pedidos, respetando la cantidad que se solicitó, así como la calidad del producto y entregas en tiempo justo, proceso en el que la logística no es una pieza más de la cadena de suministro, sino la más importante.

Podríamos argumentar que el objetivo principal de la logística es que se busca satisfacer la demanda de las mejores condiciones en cuanto al servicio, calidad y costo. Lo que hará que se logre una ventaja sobre los competidores y que aumenten los beneficios para la empresa.

Todo esto seguro se lee muy bien, pero ¿qué pasa en la realidad?

En la realidad se presentan diversas problemáticas que muchas veces no llegan a buen término. Algunas de ellas son las siguientes:

• Manejo inadecuado de los trámites y la documentación  que repercute en la pérdida de tiempo y dinero. 
• Envío de la mercancía a otro destino, ya que aunque se sabe en dónde está el recuperarla incluye también gastos y tiempo perdido.
• Traslados sin cumplimiento de los requerimientos de conservación de la mercancía (ruptura de la cadena de frío en perecederos)
• No anticiparse a tramitar los permisos que se requieren para recibir o mandar mercancía o simplemente desconocerlos.
• Manejo inadecuado del transporte de mercancías.
• Almacenamiento: en ocasiones ocurre que están vacías las bodegas o que hay demasiado producto y en el caso de los perecederos se debe tener un control estricto para saber qué mercancía llegó primero y darle una adecuada salida.
• Robo de mercancías
• Inventarios inexactos
• Falta de planeación

En este momento tal vez te des cuenta que tu empresa presenta algunas de estas problemáticas y puede ser que te sientas identificado con estas situaciones.

Es necesario que sepas que existen empresas de logística que pueden ayudarte a lograr que tu producto se entregue de manera adecuada en el lugar y el momento correcto.

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O, si en tu caso particular eres de las empresas que sufren este tipo de problemáticas de logística; es de suma importancia que tengas en claro los objetivos estratégicos que permitan establecer tiempos y flujos adecuados; siendo siempre pertinente tener varios planes para resolver los problemas que se vayan presentando.

Debido a que la logística demanda del conocimiento no solo del proceso que la forma, sino de algunas leyes y normas que también la regulan, es imprescindible la capacitación al respecto, lo cual evitará que los trámites y documentación se conviertan en una pesadilla, además de adquirir otras ventajas competitivas que impulsarán a optimizar el proceso de logística de tu negocio.

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