Integrar a los productores al mundo de las plataformas digitales, propiciará a mantener activas las soluciones de comercialización en el sector agrícola.

Tras la crisis sanitaria, se ha reducido el acceso a productos agropecuarios como carnes, frutas y verduras, debido a las restricciones impuestas en las ferias y otros mercados locales en los que la población compraba esos alimentos, señaló la FAO.

Sin embargo, a medida de las exigencias y la adaptación en las cadenas de suministro alimentarias por el COVID-19, el comercio electrónico (e-commerce) agrícola ha experimentado un aumento a nivel mundial, provocado por el incremento en el uso de dispositivos móviles, acceso y mejoras de la conectividad a internet y, en buena medida, a la innovación de procesos.

En el boletín “La oportunidad de la transformación digital” de la CEPAL y FAO detallaron que el comercio electrónico está provocando disrupciones positivas en las cadenas de valor, permitiendo, por un lado, un mejor acceso a los mercados y mejores precios para los productores; y, por otro, que los consumidores accedan a productos frescos con mejores precios.

Señalaron que en América Latina y el Caribe, antes de la pandemia, se apreciaba ya un crecimiento sostenido del e-commerce. Se estima que el mercado consumidor bajo esta modalidad en América Latina y el Caribe llegaba al 17% de la población en promedio, destacándose en los países: Argentina (29%), Chile (28%) y Brasil (26%).

En el boletín la CEPAL y la FAO recalcan que, durante la pandemia, las plataformas de comercio electrónico business-to-consumer (B2C) y business-to-business (B2B) han resuelto, en parte, el acceso a productos perecederos como frutas, verduras, lácteos, carne, pescado y comidas semipreparadas y preparadas.

De hecho, el e-commerce B2C ha tenido un especial incremento, tanto en sus modalidades mobile e-commerce (es decir, del tipo que se realiza desde plataformas web o aplicaciones dedicadas a este fin) y el social e-commerce (aquel que usa una red social como plataforma de mercadeo).

Invertir en plataformas digitales con servicios propios de insumos, finanzas, almacenamiento y logística propiciará a mantener activas las soluciones de comercio electrónico en el sector agrícola.

No obstante, dos de los principales desafíos regulatorios con el comercio electrónico radican en los procesos y mecanismos de pago y el desarrollo e implementación de la logística. En este último aspecto son especialmente sensibles la aplicación de las normas de inocuidad alimentaria y trazabilidad. Por el contrario, la habilitación de políticas y regulaciones sobre los sistemas de pago digital ayudará a ampliar los mercados digitales y el comercio electrónico para la agricultura.

Asimismo, la capacidad de varios actores en la cadena de valor de la agricultura debe fortalecerse, particularmente en la adición de valor dentro y fuera de las explotaciones, incluido el embalaje. Es importante invertir en la creación de capacidades para gestionar la logística de productos frescos, punto crítico dentro del proceso, puntualizó CEPAL y FAO.

Dicho de lo anterior, recomiendan la CEPAL y FAO, que los estados y gobiernos pueden ser fuertes promotores de un e-commerce inclusivo, efectuando políticas para implementar sistemas de monitoreo de información con el fin de comparar precios entre diferentes proveedores on-line de alimentos, o directorios de micro, pequeñas y medianas empresas; ello ayudará a la toma de decisiones correctas de los consumidores, inhibiendo episodios de especulación de precios. Además, proporcionar iniciativas para mejoramiento de procesos asociados a e-commerce, en puntos críticos como información al cliente, rastreo del producto, información en tiempo real de disponibilidad de stock; medidas de higiene y limpieza tomadas a propósito de la pandemia, y diversificación de la cartera de proveedores, entre otros. Otra acción necesaria es crear estímulos a la formalización de las empresas intermediarias, sobre todo las que están bajo la modalidad social e-commerce.

Por último, recomiendan que los estados asesoren, capaciten y provean orientaciones de carácter nutricional para desincentivar la oferta de alimentos procesados y ultraprocesados, en detrimento de alimentos frescos; y crear instancias de estímulo para que las grandes empresas del retail integren a su directorio de proveedores a Mipymes y pequeños productores de la agricultura familiar. Las alianzas público privadas pueden ser un buen camino para apoyar estos procesos.

La incursión de la tecnología en las actividades comerciales agrícolas, ha dado paso para abrir nuevas oportunidades de negocio en el mundo. Para formar parte de un comercio inteligente, invitamos a todos los productores agroalimentarios que se unan a Smattcom.

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